“A pesar de que en el colegio a todos se nos enseña cómo y qué deberíamos comer, las personas no tienen en cuenta esta información a la hora de tomar decisiones frente a lo que van a ingerir”, dice Forero.
Por ejemplo, si un grupo de amigos sale en la noche y decide ir a comer hamburguesa, será muy poco probable que alguien diga que no va o no come por las implicaciones que trae comer este alimento a esas horas. “Aquí lo que prima son las relaciones sociales, aún cuando la mayoría tiene el conocimiento”, concluye Forero.
Por otro lado, los colombianos “nos hemos acostumbrado a comer hasta estar llenos. De esta manera, como el estómago es una especie de bolsa que se ensancha, cada vez va a necesitar más comida para llenarse, para sentir esa saciedad. No obstante, a quien se debe educar y saciar es al cerebro”, afirma Piñeres.
Por ejemplo, si un grupo de amigos sale en la noche y decide ir a comer hamburguesa, será muy poco probable que alguien diga que no va o no come por las implicaciones que trae comer este alimento a esas horas. “Aquí lo que prima son las relaciones sociales, aún cuando la mayoría tiene el conocimiento”, concluye Forero.
Por otro lado, los colombianos “nos hemos acostumbrado a comer hasta estar llenos. De esta manera, como el estómago es una especie de bolsa que se ensancha, cada vez va a necesitar más comida para llenarse, para sentir esa saciedad. No obstante, a quien se debe educar y saciar es al cerebro”, afirma Piñeres.
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